Un portero en el fútbol no es simplemente alguien que «se sitúa en la portería», sino un auténtico maestro de la situación, capaz de salvar al equipo incluso en un momento casi desesperado. Y todo comienza con los reflejos: esa reacción instantánea que a menudo decide el destino de un partido. Mucha gente cree que los reflejos son naturales, pero en realidad pueden y deben desarrollarse. Lo principal es que el entrenamiento se convierta en un hábito y te traiga placer.
Vale la pena comenzar con ejercicios muy sencillos, incluso si eres principiante y solo sueñas con convertirte en un muro para tu oponente. “Atrapar una pelota de tenis” funciona muy bien: simplemente toma una pelota pequeña y pídele a un amigo o entrenador que la lance contra la pared mientras estás cerca. La tarea es atraparlo o al menos tocarlo antes de que toque la superficie por segunda vez. Este ejercicio es excelente para desarrollar la velocidad de reacción y enseñarte a concentrarte en la pelota. Otro ejercicio muy útil es colocarse en la portería con las piernas medio dobladas, tu entrenador o compañero lanza rápidamente la pelota en diferentes direcciones y tú tienes que atraparla sin previo aviso. Los errores son inevitables al principio, pero después de algunos entrenamientos verás cómo tu cuerpo comienza a reaccionar automáticamente.
También vale la pena desarrollar la coordinación. Un truco sencillo: alinea varias botellas frente a la puerta, eligiendo la distancia al azar. Ahora pídele a alguien que te lance la pelota en diferentes direcciones: a veces hacia la izquierda, a veces hacia la derecha o incluso entre las botellas. Tu tarea no es derribar a ninguno de ellos y recoger tantas bolas como puedas. Esto entrena la atención y la capacidad de cambiar instantáneamente la visión y el cuerpo. Otro gran ejercicio es golpear la pelota con una mano y luego cambiar inmediatamente a la otra. No se trata sólo de fuerza, sino también de flexibilidad y equilibrio. Incluya estos ejercicios en su rutina diaria y su confianza en la meta aumentará con cada semana que pase. No te detengas: siempre hay lugar para un héroe en la puerta y, gracias a tus reflejos, ¡puedes convertirte en ese héroe!
